LO QUE LLEVAN LOS MAESTROS EN SUS BOLSILLOS
¿Se han preguntado alguna vez que puede llevar un maestro en sus bolsillos o en su mochila luego de dar su clase habitual?
La lista de elementos que hemos recogido de distintos maestros que nos han compartido sus tesoros va desde una gomita dulce llena de babas hasta un violín de cerámica.
Hablamos de los regalos que los estudiantes les entregan a sus maestros en algún momento del día en sus clases escolares o con motivo del 15 de mayo, Día Internacional del Maestro, que a propósito, se conmemora por la labor de San Bautista de La Salle como sacerdote el cual fue vital para la formación de maestros que enseñaban a niños.
Se recuerda con frecuencia la imagen de la manzana roja como un símbolo de gratitud de estudiantes a profesores. Se trata de una tradición que tiene varios orígenes: uno de estos se remonta a la Grecia Antigua donde la manzana se asociaba a la sabiduría y regalársela a un profesor significa reconocer la educación recibida de su parte. La manzana, también se ha asociado históricamente con el conocimiento y la erudición por el relato bíblico de Adán y Eva.
Otro de los posibles orígenes del regalo de la manzana, se encuentra en la tradición que existía de cumplir con el refrán inglés: “Una manzana al día, mantiene lejos al doctor”, y significaba que se deseaba que el profesor tuviera buena salud.
Ser profesor es uno de los oficios más complejos y más demandantes que pueden existir en un país como Colombia. Horas de mucha planeación y sorteo de diversas dificultades, hacen de la docencia un reto constante y agotador.
Muchos profesores realizan su trabajo en las zonas rurales del país, donde las condiciones del territorio evidencian falta de infraestructura para llegar a la institución educativa, o ésta presenta carencias.
Otros profesores trabajan en las ciudades, donde hay un poco más de accesibilidad pero los retos son relacionados con la seguridad, las fronteras invisibles, las condiciones de acceso a las periferias de las ciudades y la situación de pobreza de muchos de los estudiantes.
No obstante, a los estudiantes de estos esforzados profesores les hace ilusión asistir a sus clases y divertirse con la sorpresa cotidiana de aprender algo nuevo.
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De esta manera, un par de aretes, un suéter, una piña, unas pinzas para partituras, un mug con la imagen del principito, o un llavero con la escultura de una llama del Perú, se han convertido en las manzanas de la sabiduría que muchos pequeños han ofrecido a sus maestros.
Hablamos con algunos maestros y nos contaron sus historias:
Agustina: Nos cuenta que hace algunas semanas, un estudiante le regaló un bono de KFC con 50 % de descuento. Y aunque no come KFC por el daño que le hace a su colón, recibió el detalle con mucho amor.
Ricardo: En su relato, nos dice que sus estudiantes solo le han regalado vino.
Lizeth: Su historia incluye huesos, y eran de una paloma. Su estudiante se lo regaló en una clase de anatomía para dibujo. Dice que era de un niño de 10 años y que es probable que lo hubiera recogido del piso.
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Estefanía: Dice que sus estudiantes le envían memes felicitándola por su trabajo como profesora, lo cual le encanta.
Ana: En su historia, Ana expresa que su regalo fue un sorpresivo gesto de una estudiante de piano básico que estaba aprendiendo a tocar piano, y que mediante un ejercicio de elaborar pequeñas piezas con lo aprendido, entrenan su creatividad. Noah, la estudiante elaboró la mano derecha del piano mientras Ana elaboró la mano izquierda. A Noah le pareció bonito el resultado y decidió regalarle la composición completa.
Estefanía, otra vez: Algo bello que me dijo un estudiante y que lo acepto como un regalo es: “profe adópteme”.
Estas historias son divertidas y hermosas. Y ustedes, ¿Qué han regalado a sus maestros, o qué han recibido de regalo?
¡Cuéntennos!
Aquí les dejamos algunas opciones si desean regalarles algo delicioso a sus maestros en su día.
